Cuentos de Mérida 2003
Hola a Todos!
Aquí les cuento un poco de la ultima excursión a Mérida, con algunas fotos....espero que no sea muy largo.
El pasado Domingo 6/07/2003 llegamos a Mérida Bernardo Félix y yo, después de un largo viaje en autobús. Ahí nos encontraríamos con otros amigos (Carlos, Rodrigo, Andrés y Ricardo) que venían por carro pero se dirigirían a hacer unas practicas en el Glaciar Norte del Pico Bolívar. Nosotros nos propusimos ir hacia la Laguna Timoncito para ascender al Pico Abanico o al Pico Jahn (o a los dos) por la Garganta Bourgoin. Hoy en día, es solo en los meses de invierno (Junio-Septiembre) que esta grandísima canal tiene suficiente nieve. Esta excursión forma parte de los entrenamientos para ir a Ecuador en Diciembre 2003.
Cerca del mediodía ya estábamos todos en Pico Espejo con una espectacular vista de los picos y un día muy soleado con nieve por todas partes. Había estado nevando durante varios días y nos esperaba un buen menú de montaña. Menú de montaña solamente porque la cocina nunca nos sirvió y no pudimos preparar nada caliente ni las suculentas pastas “Gallina Blanca”.
Mientras nuestros amigos bajaban por el lado norte hacia Nido de Águila, nosotros lo hacíamos por el lado sur hacia Timoncito por la famosa “cloaca”. Luego de rapelar por esta cañada nos tuvimos que poner los crampones ya que todo estaba cubierto de nieve. Así pues, caminamos por este jardín de nieve hasta nuestro campamento.
Al día siguiente nos despertamos no muy temprano y empezamos a caminar hacia la Bourgoin como a las 10:00 am. La caminata fue una delicia, con un cielo azul sin una nube, nieve de perfecta consistencia y por supuesto con la imponente garganta frente a nosotros y todo muy nevado. Ascendimos por la Bourgoin sin problemas y al llegar arriba al collado decidimos intentar la cumbre del Pico Jahn (4.856m) que se encontraba a nuestra izquierda (ver ruta roja). La ruta hacia el Pico Abanico, que está a la derecha, no era evidente y ninguno de nosotros había estado antes por estos lados. Continuamos desde el collado por la arista hasta la base de la roca maciza del Jahn y allí me tuve que quitar los crampones para el ultimo largo por una pequeña arista del lado oeste hasta la cumbre (que era un filo donde no se podía ni sentarse). La escalada no era difícil pero bajo tus pies habían unos cuantos cientos de metros de caída libre. Bernardo me aseguró y luego me descendió mientras yo limpiaba los seguros puestos.
De bajada decidimos no hacerlo por la misma arista sino descender directamente por una canal de nieve bastante inclinada (ver ruta verde). Ya era tarde (3:00 pm) y la nieve estaba muy floja para arriesgarnos por la arista. Luego de un descenso rápido pero gratificante, llegamos a nuestro campamento. Nos hubiese gustado haber preparado algo caliente para acompañarlo con una buena pasta, pero nos tuvimos que conformar con dejar eso en sus sobres y comernos unas galletas con atún que supieron a gloria.
Por la misma razón que no teníamos cocina, decidimos regresar a Pico Espejo al día siguiente (un día antes de lo planeado) y probar suerte a ver si encontrábamos el teleférico abierto (los lunes y martes en temporada baja esta cerrado al público). Tuvimos más suerte de lo que pensábamos y encontramos a unos trabajadores del teleférico que se habían tardado más de la cuenta en arreglar una tubería en la estación y pudimos bajar con ellos hasta Mérida.
Fue una excursión corta pero de las mejores!! El Miércoles 9/07 nos encontramos con los otros compañeros que bajaban del Glaciar Norte y nos despedimos ya que ellos seguían junto con Bernardo hacia Caracas y yo me quedaba para volver a la montaña con un amigo de Mérida.
Juan Parilli (de Mérida) y yo teníamos planeado subir al Bolívar por la Ruta Vinci o Glaciar Norte (de las rutas populares, la más difícil). Así que el Viernes 11/07 subimos por teleférico hasta Pico Espejo donde nos aguardaba una fuerte tormenta de nieve. El viento era fuerte, la nieve no paraba de caer y la visibilidad cero. Dormimos en un pequeño refugio donde armamos la carpa para dormir un poco más calientes. Dentro del refugio hacía una temperatura de 1 oC pero desafortunadamente afuera no hizo menos de -2 oC y esto no logró que la nieve se pusiera dura o de mejores condiciones para escalar al día siguiente. Como a las 7:00 pm dejó de nevar y el viento disminuyó por completo. Salimos a dar una pequeña caminata por la estación del teleférico y se despejó para que viéramos lo grandiosa que había sido la nevada. Había casi luna llena y el paisaje no parecía real. Pusimos el despertador a las 4:30 am y nos fuimos a dormir a las 9:00 pm.
A la hora de la despertada se escuchaba el fuerte viento otra vez y para mi sorpresa y decepción, cuando abrí la puerta del refugio, todo estaba completamente nublado. Decidimos esperar a que amaneciera y a las 7:15 am estábamos caminando con un fuerte viento en la cara, una neblina que no permitía una visibilidad mayor de 30 m. y además lloviznaba un poco. Descendimos durante dos horas con unos 30 cm de nieve-polvo que dificultaba nuestro trayecto hasta llegar a Nido de Águila, en la base del Glaciar Norte. Ahí vimos que el tiempo no mejoraría y que las condiciones de la nieve no eran muy seguras, sobre todo la parte final de roca de la ruta iba a estar bastante peligrosa. Decidimos no continuar, comimos algo, hicimos hasta un “pic-nic” ahí en la pata del glaciar y luego de unas prácticas en el hielo inestable, dimos media vuelta comenzamos nuestro regreso a Pico Espejo por la misma vía. (En Rojo: trayecto realizado, en azul: parte de la ruta no completada). Pero primero prometimos volver en Septiembre de este mismo año a ver si la montaña y la naturaleza nos permitían alcanzar la cumbre más alta del país por una de sus rutas más bonitas y exigentes. Después de cinco horas caminando, con mucho frío en los pies y en las manos, llegamos a Pico Espejo para bajar en teleférico hasta Mérida y emprender el regreso a Caracas.
Hasta aquí llega esta parte de la historia, pero continuará....
Saludos y hasta Septiembre,
Miguel Angel Pérez
Aquí les cuento un poco de la ultima excursión a Mérida, con algunas fotos....espero que no sea muy largo.
El pasado Domingo 6/07/2003 llegamos a Mérida Bernardo Félix y yo, después de un largo viaje en autobús. Ahí nos encontraríamos con otros amigos (Carlos, Rodrigo, Andrés y Ricardo) que venían por carro pero se dirigirían a hacer unas practicas en el Glaciar Norte del Pico Bolívar. Nosotros nos propusimos ir hacia la Laguna Timoncito para ascender al Pico Abanico o al Pico Jahn (o a los dos) por la Garganta Bourgoin. Hoy en día, es solo en los meses de invierno (Junio-Septiembre) que esta grandísima canal tiene suficiente nieve. Esta excursión forma parte de los entrenamientos para ir a Ecuador en Diciembre 2003.
Cerca del mediodía ya estábamos todos en Pico Espejo con una espectacular vista de los picos y un día muy soleado con nieve por todas partes. Había estado nevando durante varios días y nos esperaba un buen menú de montaña. Menú de montaña solamente porque la cocina nunca nos sirvió y no pudimos preparar nada caliente ni las suculentas pastas “Gallina Blanca”.
Mientras nuestros amigos bajaban por el lado norte hacia Nido de Águila, nosotros lo hacíamos por el lado sur hacia Timoncito por la famosa “cloaca”. Luego de rapelar por esta cañada nos tuvimos que poner los crampones ya que todo estaba cubierto de nieve. Así pues, caminamos por este jardín de nieve hasta nuestro campamento.
Al día siguiente nos despertamos no muy temprano y empezamos a caminar hacia la Bourgoin como a las 10:00 am. La caminata fue una delicia, con un cielo azul sin una nube, nieve de perfecta consistencia y por supuesto con la imponente garganta frente a nosotros y todo muy nevado. Ascendimos por la Bourgoin sin problemas y al llegar arriba al collado decidimos intentar la cumbre del Pico Jahn (4.856m) que se encontraba a nuestra izquierda (ver ruta roja). La ruta hacia el Pico Abanico, que está a la derecha, no era evidente y ninguno de nosotros había estado antes por estos lados. Continuamos desde el collado por la arista hasta la base de la roca maciza del Jahn y allí me tuve que quitar los crampones para el ultimo largo por una pequeña arista del lado oeste hasta la cumbre (que era un filo donde no se podía ni sentarse). La escalada no era difícil pero bajo tus pies habían unos cuantos cientos de metros de caída libre. Bernardo me aseguró y luego me descendió mientras yo limpiaba los seguros puestos.
De bajada decidimos no hacerlo por la misma arista sino descender directamente por una canal de nieve bastante inclinada (ver ruta verde). Ya era tarde (3:00 pm) y la nieve estaba muy floja para arriesgarnos por la arista. Luego de un descenso rápido pero gratificante, llegamos a nuestro campamento. Nos hubiese gustado haber preparado algo caliente para acompañarlo con una buena pasta, pero nos tuvimos que conformar con dejar eso en sus sobres y comernos unas galletas con atún que supieron a gloria.
Por la misma razón que no teníamos cocina, decidimos regresar a Pico Espejo al día siguiente (un día antes de lo planeado) y probar suerte a ver si encontrábamos el teleférico abierto (los lunes y martes en temporada baja esta cerrado al público). Tuvimos más suerte de lo que pensábamos y encontramos a unos trabajadores del teleférico que se habían tardado más de la cuenta en arreglar una tubería en la estación y pudimos bajar con ellos hasta Mérida.
Fue una excursión corta pero de las mejores!! El Miércoles 9/07 nos encontramos con los otros compañeros que bajaban del Glaciar Norte y nos despedimos ya que ellos seguían junto con Bernardo hacia Caracas y yo me quedaba para volver a la montaña con un amigo de Mérida.
Juan Parilli (de Mérida) y yo teníamos planeado subir al Bolívar por la Ruta Vinci o Glaciar Norte (de las rutas populares, la más difícil). Así que el Viernes 11/07 subimos por teleférico hasta Pico Espejo donde nos aguardaba una fuerte tormenta de nieve. El viento era fuerte, la nieve no paraba de caer y la visibilidad cero. Dormimos en un pequeño refugio donde armamos la carpa para dormir un poco más calientes. Dentro del refugio hacía una temperatura de 1 oC pero desafortunadamente afuera no hizo menos de -2 oC y esto no logró que la nieve se pusiera dura o de mejores condiciones para escalar al día siguiente. Como a las 7:00 pm dejó de nevar y el viento disminuyó por completo. Salimos a dar una pequeña caminata por la estación del teleférico y se despejó para que viéramos lo grandiosa que había sido la nevada. Había casi luna llena y el paisaje no parecía real. Pusimos el despertador a las 4:30 am y nos fuimos a dormir a las 9:00 pm.
A la hora de la despertada se escuchaba el fuerte viento otra vez y para mi sorpresa y decepción, cuando abrí la puerta del refugio, todo estaba completamente nublado. Decidimos esperar a que amaneciera y a las 7:15 am estábamos caminando con un fuerte viento en la cara, una neblina que no permitía una visibilidad mayor de 30 m. y además lloviznaba un poco. Descendimos durante dos horas con unos 30 cm de nieve-polvo que dificultaba nuestro trayecto hasta llegar a Nido de Águila, en la base del Glaciar Norte. Ahí vimos que el tiempo no mejoraría y que las condiciones de la nieve no eran muy seguras, sobre todo la parte final de roca de la ruta iba a estar bastante peligrosa. Decidimos no continuar, comimos algo, hicimos hasta un “pic-nic” ahí en la pata del glaciar y luego de unas prácticas en el hielo inestable, dimos media vuelta comenzamos nuestro regreso a Pico Espejo por la misma vía. (En Rojo: trayecto realizado, en azul: parte de la ruta no completada). Pero primero prometimos volver en Septiembre de este mismo año a ver si la montaña y la naturaleza nos permitían alcanzar la cumbre más alta del país por una de sus rutas más bonitas y exigentes. Después de cinco horas caminando, con mucho frío en los pies y en las manos, llegamos a Pico Espejo para bajar en teleférico hasta Mérida y emprender el regreso a Caracas.
Hasta aquí llega esta parte de la historia, pero continuará....
Saludos y hasta Septiembre,
Miguel Angel Pérez
posted by Miguel Angel Pérez at 9:38 PM
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